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MI GENTE en MI PUEBLO

                     HOY: "El Maestro" Mario Rivero


A lo largo de este recorrido por historias que plasman nuestros invitados, nos sentimos privilegiados de descubrir, conocer y saber aún más de todo lo que  ha rodeado a nuestra querida Tarariras. Hoy, nuestro invitado, además de Maestro, futbolista, escritor y muchos más, nos lleva con su don de narrar, a  épicos momentos de nuestro Pueblo, cuando una sede o el bar, también los carnavales, eran citas imperdibles para escuchar a los cantores que con su pasión, marcaron así el comienzo de la Música  en nuestra ciudad. Decir Maestro Mario Rivero en Tarariras, es sinónimo de enseñanza, cultura y sin dudas, mucho para aprender de Música. 
Recordando aquel pueblo rodeado de comercios en el centro de la ciudad, donde estaba su casa, Mario hijo de Pedro Rivero y su Madre Paula Fernández proveniente del muelle de Conchillas, comienza a recordar sus  inicios, de esta manera…                                                                                                
“Nosotros vivíamos donde hoy está la Joyeria Luxor, ahí mis Padres alquilaban. El Banco República que era donde trabajaba mi padre como portero, estaba frente a AFE, donde por años estuvo el comercio Jacobson. De pequeño recuerdo siempre la construcción de lo que hoy es el Banco República. Mi entorno siempre estuvo rodeado de comercios, recuerdo la Panadería Chev, donde hoy está Efege, también  Tienda de Carlitos, un Judío muy popular por aquellos tiempos, la Tienda Fodere, la Provisión del papá de Eduardo Delgado, la Farmacia Lluberas  ya existía, en la esquina donde hoy esta Red Qualitas era una Sastrería, Sastrería Mondon, y después, haciendo un cambio de dirección, teníamos la sede de Nacional, con el conserje Fodere, allí fue donde de alguna manera yo escuchaba cantar y comenzó ese gustito por la música. En esa época ir a los boliches, reunión de amigos era algo muy tradicional, nosotros con los chiquilines amigos, siempre teníamos esas divertidas idas a escuchar a aquellos personajes que por tiempo llegaban con su guitarra y compartían horas de música y cantos.  La Iglesia era otra referencia también muy importante, con el Padre Bartolo que fue quien siempre nos lideraba, él era así, siempre rodeado de gurisada, teníamos una canchita de fútbol y siempre teníamos nuestras días de “Picadito” también. También teníamos la Carnicería de los Hermanos Long, donde hoy está Óptica 20/20,  fueron comercios que marcaron una época y en mi caso como la de muchos compañeros, la rutina de hacer  muchos mandados visitando a diario estos lugares, en tiempos que la Plaza Pública era un baldío, y el paso del tren con los  únicos dos  paso nivel existentes  que eran  en la Barraca Bell y el Hospital Evangélico”.

 Nacido el 6 de Setiembre de 1950, estudiante del Colegio San José y Liceo en nuestra ciudad, Mario comenzó Magisterio en la ciudad de Rosario donde por el año 1969 recibe el título de Maestro, para un año más tarde ya comenzar a dictar clases en su paso por las Escuelas Rurales, junto a quien hasta el día de hoy es su señora Sonia Montaña, con quien se conocieron de toda la vida, pues justamente era su vecina.  La época de la dictadura, fueron años difíciles, principalmente para su profesión, tanto así que de alguna manera “degradaron” el camino de nuestro entrevistado…

“En la época de la dictadura, era Director Rural en una Escuela a donde había accedido  por concurso, pero por las circunstancias que tocó  atravesar, me mandaron a una Escuela urbana, de alguna manera me distorsionaron todo el ambiente familiar; porque nosotros vivíamos en la Escuela, fueron momentos duros, difíciles, por lo que busqué  otro trabajo, pido licencia y comienzo en Calprose; hasta que dadas las circunstancias volví a concursar y regresé  nuevamente como Director de Escuela. La primera Escuela que tuve fue la 101 de la Palma, ubicada en cercanías a Ombúes de Lavalle. Después elegí Semillero, donde estuve 3 años. Hice un post grado en Canelones por un año, especializado en Escuelas Rurales; continúe concursando y elegí la Escuela Nº 64”.  

Entre su profesión como Maestro, también la música tenía un lugar especial, esa pasión que lo conquistó desde muy pequeño                                                                                                                                            

“La música comenzó en mí, justamente por esas escapadas de niños a los lugares donde la guitarra y los cantos eran parte de esas citas infaltables, allí siempre íbamos con la gurisada  y de ver, oír, comenzó así los pasos por la música. En aquellos tiempos era tradicional ver cantores, guitarristas, en particular don Francisco Rodríguez “El cieguito del Acordeón”,  él se instalaba los viernes, sábados generalmente en la tardecita y ahí siempre aparecíamos a escuchar, yo siempre digo que era como algo místico, era un momento de silencio para escucharlo a don Francisco. También se generaba un ambiente de canto, muchos Tararirenses que si bien eran aficionados tenían su momentos de canto allí,  sobre todo Tango, algo que me encanta incluso a mi Padre también. Fueron tiempos muy lindos, nombrar por ejemplo al “Moreno” Herrera, Edlberto Vergara “El Coco”, también habían funcionarios del Banco República que cantaban, Hugo Carbajal muy buen cantor; eran citas infaltables con guitarristas que acompañaban incluso de zonas vecinas, que también llegaban para tratar de hacer su jornal, era una forma además de conquistar la atención del público, atraer gente y que se pueda disfrutar todo lo que se generaba en torno a la música por aquellos tiempos”. 

Mario buscó perfeccionarse, como buen maestro, sabía de lo necesario de adquirir más conocimientos, por eso a la hora de seguir estudiando, no dudo en ir por más…                                                                      
“Estudié  música con el Profesor Roberto Cabrera, el mismo que el Sabalero nombra en una de sus canciones como “Roberto Guitarrón”, ese era justamente el Profesor que pude tener, quien para mí fue un orgullo porque nos incentivaba mucho a tratar de hacer una profesión ser guitarrista, músico. Él nos inculcó y dejó una frase de mucho valor que decía…  
“lo tuyo vale algo”; poder ir no solo por invitación, por una llamada sino que “lo tuyo vale algo”, tomar lo que hacemos como una profesión y eso es algo que siempre me quedó. A veces nos llevaba a festivales  a Palmira, a Carmelo y así de alguna manera comenzábamos a familiarizarnos con los escenarios y mostrar los avances que teníamos. También en el plan de Magisterio tuve un profesor, Omar Fernández, que también me enseñó  muchísimo. Después hice cursos varios, de armonía, de composición, que fueron de mucha ayuda y valieron para enriquecer todo lo relacionado a la música, que los primeros pasos fueron justamente en los boliches de aquellas épocas, donde era muy común que cada jugador de fútbol cantor, tuviera a “su pollo” como así se le decía, preparaban a algún niño para presentarlo y cantar, yo era el pollo de “Forrtio” Frechero, jugador de fútbol en Nacional,  él  me pasaba la letra de los tangos que más le gustaban  y yo trataba de cantarlos; “Me llaman Malevo” y “Murga de Pibes” eran dos  de los que más recuerdo; también hubo alguna presentación en los tablados de carnaval, hacíamos “las Murgas de Pibes”  como la llamábamos en aquellos tiempos con los  güirises del barrio, nos pintábamos las caras y salíamos a dar la vuelta que en aquellos años era muy común. Tuve un dúo musical con Mario Ortiz, también un trío con Mario y  Jorgito Rostagnol, con el querido Nito Pons quien tocaba el bombo. Una de mis primeras actuaciones, más formal por así llamarla fue con un grupo de amigos, con quienes formamos una orquesta “Los Guacharachis” con Darwin Olano, Oscar Santa Cruz, Horacio Olivera, Julio Torres, había una cantidad, “El Bocha” Long, eramos una banda, pero muy pocos tocábamos instrumentos.  Después quedamos Alfredo Flous, Olano, Oscar Santa Cruz, Horacio Olivera y yo. Ese conjunto fue cambiando los nombres, cambiando además estilo de música y también instrumentos. Llegamos a fusionarnos con otra banda también de aquí de Tarariras, donde estaba Jorge Berton, William Delgado, Carlos Villanueva. La música para mí siempre fue también una parte muy importante en el ingreso económico, yo siempre lo digo y me enorgullece decir que muchas veces comí gracias a la música, los sueldos de Maestros en esa época eran muy malos, y nosotros realmente con la música y el fútbol, teníamos un ingreso  importante que ayudaba mucho al presupuesto familiar”. 

Entre sus anécdotas de la música, Mario menciona algo más que especial por aquellos años y que también lo tuvo como gran protagonista, el Fútbol. Una pasión que también sacó grandes cualidades de nuestro invitado...                                                                                                                                                     
“Me inicié  en Maracaná, jugué muchísimos años en  Central de Colonia, también pasé  por  Nacional de Ombúes, también de Tarariras y Artigas de Carmelo que fue donde finalicé mi carrera. Integré selecciones de Tarariras, Carmelo, Colonia, en un fútbol duro, muy disputado por aquellas épocas, con canchas, pelotas y  botines de fútbol muy diferentes, con tapones de clavos pegados que sacaron más de una ampolla, una época de juego duro pero noble a la vez, se terminaba el partido y quedaba el saludo con los rivales, incluso amistades. Yo tengo amigos por supuesto de los cuadros que jugué pero quizás más de los cuadros que no jugué, uno jugaba defendiendo lo suyo pero también tratando de respetar al rival”. Nos cuenta Mario sobre su paso junto a “la redonda”. 

Además de músico, deportista, para Mario también llegarían nuevas metas. Pues justamente de eso se trata la vida….                                                                                                                                                     
“Con el paso del tiempo también comencé a componer, tenía muchísimas poesías, vivencias que fui musicalizando y en el año 86´87´comencé  a dar a conocer lo que escribía. Por medio de un amigo, Sergio Paz, llegó la oportunidad de grabar en Valdense, allí mi amigo tenía a cargo el centro Audiovisual, uno de los mejores estudios en ese momento en todo el país, pude grabar el primer casset que se llamó “Al Padre Bartolo”, el segundo que fue al año siguiente fue “Cantando Cuentos” y por último grabé “Estiba”. Después de un tiempo, ahora con Pablo Acevedo otro gran amigo, junto a Carlitos González “Chancho” como lo conocíamos, grabamos “Canta Abuelo”. También publiqué  el libro que se llama Vivencias de Pueblo. Historia de un Niño que se hizo Maestro, en el cual se encuentra  una recopilación de letras, como así también nuevos escritos con una participación especial de mi nieta Eloisa, quien escribe muy lindo, de una manera preciosa” nos cuenta un abuelo feliz  y orgulloso, sin olvidar claro que hoy tiene la alegría de disfrutar de 5 nietos más , de los cuales agrega…”Por suerte a todos les gusta la música, uno lo que trata de hacer es darle la posibilidad de que ellos se expresen, los he llevado, sobre todo a Eloisa a lugares donde pueda mostrarse, perder la timidez frente al público y encontrar que lo que ella  hace es valioso también, ya estuvimos en el Cine Rex y la Fiesta de la Primavera . También tengo mi otro gran orgullo, y es que una de mis hijas me acompaña en el escenario, Ana Laura, quien ha estado en todo momento y evento junto a mí, siendo especial cada presentación”. 

Para finalizar, no quisimos dejar de mencionar una letra muy particular que Mario ha compuesto y es elegida por muchos cada vez que se presenta en un  escenario, esa letra que habla de barrio, costumbres y menciona en especial manera al Barrio “El Empuje”…                                                                                        
“Yo con ese barrio tengo un afecto muy especial, nosotros teníamos amigos allí, la Plaza de Deportes era y tenía la atención de toda la muchachada, para mí  es uno de los pocos barrios acá en Tarariras que tiene su identidad, que surge desde los principios del pueblo. Yo admiro, admiré  y admiraré  por siempre a esa gente “pujante”, de calidad humana. Los murgueros, letristas, como “Patita” González que tenían una poesía tan sencilla y admirable a la vez”. Nos cuenta Mario. 

Un personaje de nuestra ciudad, enriquecedor sin dudas para todos nosotros, con tanta historia, vivencias y talento que le ha permitido brillar no solo en escenarios  locales, nacionales, sino también fuera del país presente en Argentina y Paraguay, llevando la música de Tarariras a lo más alto. Justamente el Maestro Mario Rivero, quien mejor que él  para hablar del  significado de la música en nuestra ciudad…                                          
“La música en Tarariras ha estado siempre, desde la campana anunciando la llegada del tren, el sonido de los vagones llegando o dejando atrás el pueblo, el paso de los caballos, los repartidores, la música estuvo siempre presente.  Sin olvidar la radio, que era una compañía infaltable con programas inolvidables como Aquí está su Disco o programaciones específicas donde se sintonizaba la radio para disfrutar en familia, incluso al momento de las noticias, porque nosotros como Maestros estábamos pendientes de los  avisos como… si había pago de comedor , si pagaban el sueldo, y más. La radio fue y para mí sigue siendo un medio muy importante”. Finalizó Mario.

A través de sus palabras,  su narrativa, con su sello inconfundible…….el Maestro Mario Rivero nos lleva  fácilmente a imaginar  un pasado rico en historias,…y nos deja con el deseo de seguir escuchándolo…. 

¿El Maestro Mario Rivero?... Si lo conozco, es parte de MI GENTE en MI PUEBLO. 




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