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MI GENTE en MI PUEBLO

 HOY NUESTRO ENTREVISTADO:ALEJANDRO PAGUA

Hoy  nuestro entrevistado es sin dudas, una de esas personas  que por carisma y ese don de buena gente supo ni más ni menos que entrar en “la juventud” para no solo ser su Amigo sino un referente por muchas generaciones. Su paso como auxiliar de limpieza en el Liceo de nuestra ciudad, por más de 30 años de servicio, le permitió acercarse y estar junto a generaciones de distintas épocas, que hoy recuerdan al popular “Paguita”, vestido con aquella túnica azul. Hoy en nuestros homenajes, ALEJANDRO PAGUA....                                                                                                                                                                     
Nacido  en Tarariras, un  11 de Agosto de 1955, su nacimiento nos lleva a  las épocas de  “las parteras”, hijo de Alejandro Pagua Sosa, trabajador en la época de construcción del Frigorífico, hombre de campo;  y su Madre, doña Delia Souto, mujer ama de casa y por años auxiliar de servicio en el Colegio San José.

Alejandro es el 5º hermano en su familia, compuesta también por Nelson y Teresita presentes  aquí en Tarariras, Raúl en Montevideo, mientras que Marta y Lili, se encuentran viviendo en el campo. Toda su primera educación la realizó en La Escuela Nº 38 para luego continuar sus estudios  viajando  a Colonia, donde cursó el Ciclo Básico de UTU y también comenzó a prepararse en Educación Física, tres años para Profesor de Fútbol y Voleibol, egresado del Instituto de Educación Física y la Asociación Uruguaya de Fútbol. 

Pero la juventud de Alejandro, aquella con 16, 17 años tuvo un pasaje especial en lo laboral, además de trabajar  como canillita y ayudante en la Carpintería de Beke, ese especial “laburo”  que lo marco mezclaba la pasión y la responsabilidad del privilegio más grande en aquellos años, pasar películas en el Cine Rex…                             

“Por aquellos años tuve mucho tiempo de operador en el Cine Rex, el Cine lo  representaba todo, había función los jueves, viernes, sábados y domingos. Los jueves y viernes eran de noche, sábados y domingos también, pero este último día había Matiné a las 15:00 horas, a las 18:00 y después la película en la noche para adultos. Era un tiempo especial, había gente que se preparaba nada más que para ir al Cine ese fin de semana, era como ir a una fiesta hoy en día. Había capacidad en planta baja para 480 personas, pero generalmente por función 250 personas siempre decían presente”…recuerda Alejandro.                                          

Época de oro para Tarariras y el Cine Rex en su máximo esplendor, por eso las anécdotas y cuentos, sin dudas también son muchos… “Conmigo siempre trabajó Luis Díaz “El Chugo”, fuimos los dos que trabajamos cuando el cine lo tenía Andrés Barolin, más tarde paso a ser de Amalia  Avondet con quien seguimos trabajando por años; yo tenía 17 años, cruzábamos a lo Gandoglia a comprar alfajores, tener algo para comer entre película y película. Son muchos recuerdos, era época en que estaba Fraga en la seccional, él pasaba por los pasillos del cine así se aseguraba que hubiera silencio y orden, pero  de repente, en una de las funciones se comenzó a sentir gritos, movimientos; nosotros teníamos arriba dos focos, los encendimos para ver qué pasaba y habían soltado ratas en el Cine, la película había pasado a segundo plano, son anécdotas lindas y divertidas a la vez que quedaron de aquellos años…”                                                                             

Pero la juventud de nuestro Personaje, también fue marcada por algo y alguien especial que llegó a su vida, tan especial con quien hoy cumplen más de 40 años juntos…Adriana González, la amiga que hoy sigue a su lado, se casó  y con quien formó una hermosa familia…

“Éramos muy jóvenes cuando nos conocimos, yo estaba viajando a Colonia y me faltaba 4º año para terminar la especialidad de Profesorado de Educación, pero como todo “joven” hice un párate, las tardes se habían convertido en paseos y en uno de esos días nos conocimos con Adriana para seguir juntos hasta hoy día. A los 17 años nos casamos y así comenzó a formarse nuestra familia. Llegó el primer hijo Pablo, después tuvimos la pérdida de un hijo, siete años más tarde llegó Cecilia y finalmente nació Martin. Cuando Pablo comenzó a estudiar, por aquellos años, creo ahora sucede igual, en el Colegio tu hijo tenía una cuota menor si como padre brindabas una ayuda a la institución, así fue como comencé con la parte deportiva, inculcando siempre lo importante que es trabajar la parte física de manera correcta”….                      

A medida que pasaron los años comenzaron a organizarse varios encuentros inter-escolares, cumpliendo 35 años de este evento que unió todas las instituciones educativas de nuestra ciudad, de esta manera “Paguita” comenzó a ser parte de muchos niños que sabían que donde él estaba había diversión, juegos, fútbol y vóley, por eso la relación con la juventud comenzó a  tener un vínculo especial, llegando por el año 77´ la oportunidad del Liceo…                                                                                                                                     

“Beba” Pellatón, fue quien un día me dijo…”Alejandro en el liceo se necesita arreglar unos bancos…”  fui, quedaron prontos y cuando terminé el trabajo el Director me ofreció seguir trabajando, me quedé y en el año 1977, el 21 de diciembre fui presupuestado. Fueron varias generaciones que pasaron, mucho, mucho para ver y recordar, de alumnos y profesores, fueron muchos años juntos. Hubieron momentos muy buenos, como también de lo otro, muchas veces al ser el primero en llegar, abría  el Liceo y me encontraba con personas que habían entrado y apenas sentían que ingresaba  muchas veces salían corriendo, esos son recuerdos que no se olvidan pero claro que lo mejor fue el vínculo que quedó con los chiquilines, a muchos ya los conocía de la Escuela y cuando llegaban al Liceo al verme ellos mismos decían… “Aaaa está Pagua, buenazo...” y así comenzaban las clases de otra manera, sobre todo en 1º año. Una de las cosas que me decían los Directores siempre,  era que opinaba de las generaciones nuevas que llegaban, y la verdad que siempre dije y contestaba lo mismo… “sabes una cosa, yo le tengo más miedo a los profesores que a los alumnos”, los muchachos son macanudos, uno solo tiene que entenderlos. Habían muchachos “bandidasos”  que incluso me decían mira que fulano de tal se va a mandar una grande; cuando veía en el pasillo a todos juntos sabía que algo pasaba, allá iba y enseguida tenía el respeto de todos, sabían  que llagaba Pagua y todo se comenzaba a disipar. Yo con los muchachos jamás tuve problema, los entendí bárbaro a todos” cuenta con esa verdad que quienes tuvimos el privilegio de verlo en los pasillos del liceo, sabemos que así era tal cual.

Claro que el paso de los años, más de 40 dentro del liceo, le permitió a Alejandro conocer y ver diferencias generacionales y eso justamente lo marca nuestro entrevistado…                                                        

“A medida que pasó  el tiempo se perdió mucho el compañerismo, antes cuando había “una macana” estaban  todos, gurisas y gurises, había una sanción y era para todos, se decía hoy no entramos y nadie entraba; pero eso cambio últimamente, ahora ya se veían más grupitos, diferencias, algunos por un lado y otros por otro, ese compañerismo de alumnos se perdió al igual que “lo sano” de antes, ahora se ve mucha malicia, romper, destruir lo material, el “…si no es mío no importa”, eso cambió  mucho, antes había más de “lo sano. Claro que mucho tienen  que ver las dos partes que hay en el estudio, porque me tocó ver a  muchas profesoras que salían a los pub y después de los fines de semana hablaban con el alumnado de  lo bueno que estuvo la salida del sábado, hay momentos que uno debe ubicarse, por un lado los profesores y en otro lugar los alumnos”.                                                                         

Muchos años al servicio de todos los jóvenes y sin dudas de nuestro Liceo, Alejandro tuvo paso por el “Liceo Viejo”, hoy Escuela Técnica en nuestra ciudad, finalizando su etapa en el Liceo actual cumpliendo 43 años de labor, un privilegio que le permitió conseguir su jubilación para hoy con sus 65 años disfrutar de los nietos, cinco, y además continuar cerca de lo servicial que le caracteriza, siendo parte del Club de los Abuelos, la Parroquia San José y hasta el pasado año, organizando los infaltables Encuentros Inter Escolares que todos los niños y niñas esperan porque saben que “Paguita” finalizando el año, no falla en reunir a todos los centros educativos para la competencia sana.

Hablar de Alejando Pagua, “Paguita” como tantas generaciones lo conocieron y recuerdan,  es sin dudas mirar atrás y encontrar en muchas generaciones, un referente de nuestra juventud, que aprendió a respetarlo, escucharlo y muchas veces encontrar en él a un amigo. En una etapa que solo personas como “Paguita”, escuchando y valorando a cada joven, le valieron un cariño que hoy a donde va, todos saben reconocerle. La humildad tiene ese premio, y sin dudas Alejandro Pagua lo tiene más que merecido….!

¿Alejandro Pagua? Si lo conozco a “Paguita”, es parte de MI GENTE en MI PUBLO.



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