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MI GENTE en MI PUEBLO

ZULMA Y REYNALDO. PARTE II



MAESTROS…con mayúscula, así podemos continuar describiéndoles al conocer más de ellos, de su historia, de “lo bueno y malo” que todo camino  tiene y este matrimonio también supo atravesar, vivir los  momentos  lindos, inolvidables, pero también de los otros. Cumplir 32 años de carrera, siempre es motivo de orgullo, pero para “nuestros maestros” es poder mirar atrás y decir… “cumplimos, dejamos en cada oportunidad, lo mejor que nos tocaba hacer”. La pasada semana comenzamos a conocer la vida de Zulma, desde su niñez por las calles de Barker, el paso por la capital del país hasta comenzar su vocación de Maestra por el norte. Hoy nos vamos a ir un poco más lejos, distancia de unos cuantos kilómetros, para conocer más del Maestro Rivoira, ese hombre que dejó su Italia, para en nuestro país dejar un legado en la educación, en nuestra Escuela Nº 38.  Hoy en nuestra página REYNALDO RIVOIRA…                                                                                                                      

Reynaldo nació un 2 de Noviembre de 1938, en Italia, en la ciudad de Torre Pellice (antiguamente Torre de Luserna) es un municipio italiano de 4.573 habitantes en la provincia de Turín, en el valle del Pellice. Hijo de  Estefano Rivoira, Albañil, cultivador y su Madre Elisa Demaria ama de casa; tiempos no fáciles en Italia y una carta desde nuestro país que comenzó a cambiar la historia de nuestro personaje de hoy…   “Cuando terminó  la guerra, había poco trabajo por aquellos lados  y un familiar aquí, en Barker, Don Daniel Rivoir, Tío de mi Padre, accidentado en aquellos tiempos, inmóvil, nos hizo llegar una carta para venirnos aquí y así comenzó la vida por estos lados. Una vida más fácil, tranquila. 

Nos vinimos y cuando llegamos en aquellos tiempos en Barker estaban construyendo el templo Valdense, mi Padre  había trabajado de albañil, entonces era una oportunidad que comenzaba a tener. Nos prestaron la mitad del pasaje y así comenzó Uruguay para nuestra familia. Yo llegué con 12 años de edad, cumplidos en la bahía de Santa Catarina, en pleno Barco. Mis estudios en Italia fueron la Escuela, la cual terminé y me permitió el ingreso a la Escuela Industrial, en Italia son 5 años de Escuela; cuando vine para aquí volví a hacer 6º en Barker, continúe con el Liceo en Rosario el cual finalicé en Valdense”, nos cuenta Reynaldo. A base de esfuerzo y más esfuerzo por aquellos tiempos, muy distintos a los de hoy “donde todo es rápido”, viendo a su padre una vez al mes ya que “el hombre de la casa” tenía que trabajar y para eso era necesario viajar a Montevideo, estar lejos de la familia y poder hacer “unos pesitos”. 

La vida no era fácil, por eso por aquellos tiempos, las aspiraciones a llegar eran claras y a la vez únicas,  ser Maestro o Pastor, claro que para esto último era necesario viajar al país vecino, Argentina; por eso el estudio en Rosario para Maestro se hizo realidad para Rivoira, teniendo la bicicleta como  la mejor compañía y ayuda para transitar la distancia entre Rosario y Valdense en  busca de su preparación. Pero todo sacrificio tiene su recompensa y así fue para Reynaldo, que en 1960 logra concretar su carrera obteniendo su título de maestro, a pesar que en el mismo año  tuvo un duro accidente. La Escuela 108 de Costa del Colla fue su primera experiencia laboral, trabajando además como Profesor en el Instituto de Rosario, dando Sociología, además de también hacer una suplencia de Mari Álvarez, que le permitió enseñar también Filosofía. 

Amigo de los hermanos de Zulma, y por medio de  grupo de Teatro, los ensayos le permitieron acercarse, conocer y entrar “poco a poco” en la familia de quien más tarde sería su Esposa y compañera de Vida. Tanto fue el acercamiento con la familia, que terminó  trabajando en un horno de ladrillos de uno de los hermanos de Zulma, “Muy Buen Patrón por cierto”, siendo hoy uno de los pocos bicicleteros que tiene la ciudad.  La educación rural siempre fue el interés mayor de ambos jóvenes Maestros, y como lo contaba Zulma una semana atrás,  el Norte fue el destino de ambos…

 “Siempre pensamos que teníamos que dar mucho y lo mejor por la educación rural y del país, tuvimos muy buenos profesores que nos dejaron esa enseñanza, nos animaron e impregnaron esa idea que el país debía tener esa verdadera Educación Valeriana, al alcance de todos, una educación que permita avanzar y tener una igualdad por sobre todas las cosas, sin discriminación, a pesar que siempre la gente del campo era la que sufría de alguna manera esa discriminación”. Como extranjero costó sacar la carta de ciudadanía, por lo que la posibilidad de elegir la efectividad estaba lejos, cuando muchos optaban por la ciudad, las Escuelas Rurales era la elección de nuestros entrevistados, llegando así a Tacuarembó. 

TARARIRAS. LA ESCUELA Nº 38. Y 32 AÑOS DE VOCACIÓN CON MUCHO MUCHO PARA CONTAR…!                           

Previo pasaje por la Escuela Nº 70 de Manantiales, y la Escuela Nº 127 de lo de Alpuin, llegó la oportunidad de TARARIRAS, siendo Reynaldo Maestro Interino. Finalmente después de concursar llegó la efectividad alcanzada, más precisamente en la Escuela de Minas  de Talco, donde Rivoira dijo presente un par de años  para ahora finalmente sí, trasladarse a nuestra ciudad, a la Escuela Nº 38 como Maestro Ayudante. Concursando una vez más, ya para Direcciones, alcanzó  el cargo de Sub Director, comenzando así un camino de 24 años por la única Escuela en aquellos tiempos en Tarariras. Dicen que nada es fácil en la vida y si bien para nuestros  Maestros el tiempo de luchar por estudiar, hacer largas distancias, muchas veces en bici, otras a pie, habían quedado atrás, la realidad en nuestra ciudad también tenía preparado  “luces y sombras”; hoy con 81 años Rivoira recuerda aquellos tiempos…                                                                             “Las luces estaban en la Escuela, con compañeros como Lalo Henderson, Jorge Perrou, y tantos que estuvieron en la Escuela, todos muy buenos compañeros, muy buenos Maestros. Me tocó  muchas veces, por licencia del Director, tomar ese cargo y recuerdo cuando hacíamos las calificaciones de los Maestros, tomando alrededor de 20 aspectos de cada uno de ellos, en aquellos tiempos teníamos 26 maestros  a nuestro cargo, y realmente era bastante complicado porque cada uno presentaba su manera de ser; cuando terminábamos de hacer las calificaciones, de los 20 aspectos, aparecían negativos cuando mucho 1 o 2, lo que demostraba contar con una plantilla excelente, como compañeros y trabajadores. También la Comisión de Fomento, citábamos a la gente donde normalmente no va mucha, de 400…500 alumnos iban un 10%, y en una de las asambleas se nombraron 15 titulares y 15 suplentes para integrar la Comisión, fue una época de mucha lucha, iniciativas, época que se solicitó  el predio de Afe para hacer la Escuela nueva. Las sombras fueron 12 años de Dictadura, años bastantes desagradables, siempre con un pie adentro y otro afuera, pero que finalmente quedamos adentro”. 

Tanto Zulma como Reynaldo cumplieron el final de su carrera en la Escuela Nº 38, más de 20 años al servicio de nuestra educación, marcando así la vida de muchos niños que hoy al verlo por la calle, no olvidan aquellos tiempos… “Uno cuando se encuentra con que aquellos primeros alumnos, muchos de ellos han recibido premios por diferentes países, y además sabemos que muchos son personas de bien, que lograron progresar, avanzar, son cosas que nos enseñan que de algo sirvió lo que sembramos. También aparece alguno que puede decir que lo tratamos “a prepo”, pero a veces quizás había necesidad de hacerlo” nos cuenta Reynaldo a lo que Zulma agrega…hoy tengo la satisfacción que me ven y me dicen “Maestra” y ese es el regalo más lindo de la vida, que nos recuerden, de Rivoira porque era gritón y a mí por ser su maestra”. 

Pero la vida de Zulma y Reynaldo  no solo giró  en base a las aulas, también tuvieron el privilegio de formar su familia, tres hijos que hoy, como buenos administradores de la educación de su padres, disfrutan de sus carreras, uno de ellos en la lejana Torre Pellice, donde Reynaldo nació…                                                                                                                “Tenemos tres hijos, Jesús es el mayor, nacido en el 64, el hijo mimado, él todavía añora su Uruguay, pero siempre dijo que quería ir al lugar donde había nacido Papá; realidad que pudo cristalizar a los 25 años. Más tarde llegó Ingrid, realizando Escuela y liceo en  Tarariras. Y finalmente llegó Renzo, que vino en un momento muy difícil de nuestra vida, porque teníamos a los papas de Reynaldo muy enfermos, tiempo que vivíamos en frente al Parque Kuster. A  medida que fueron pasando los años se fueron a Montevideo, se fue primero Jesús, estudiando Arquitectura.  Después Ingrid hizo Química, lo finalizó y comenzó Profesorado de Química, concursó y le fue muy bien; y Renzo hizo música, Profesor de cocina y lutier, (construye, ajusta y  repara instrumentos de cuerda frotada y pulsada. Esto incluye violines, violas, violonchelos, contrabajos y violas da gamba y todo tipo de guitarras) viviendo en el día de hoy en Ciudad de Plata. Pasamos muchos años esperando nietos, y al final en un año vinieron 3, Luchia de Ingrid hoy con 16 años, Laurentino de Renzo, Deni  de Jesús, hoy con 23 años y Wande también  Ingrid que tiene 10 años y es el más pequeño”. 

Claro que la distancia de sus hijos, no le permiten a “nuestro Maestros” disfrutar cada día de sus nietos, por eso el tiempo también es invertido en algo que tanto Zulma como Reynaldo supieron hacer toda su vida, y es ayudar, servir y estar para el otro; hoy ambos disfrutan su servicio en la Iglesia Católica donde Reynaldo es Diácono y Zulma, la ayuda idónea en todo momento…“Después de la jubilación, llegó  el tiempo libre así que estudié dos años de Guitarra, y más tarde  también hice caso a un llamado especial, dedicándome al servicio del Señor; siendo Diácono de la Iglesia Católica. Siempre he estado, desde pequeño y ahora, vinculado al servicio, yo realmente pertenecía a la Iglesia Valdense, allí aprendimos a amar el trabajo social, ayudar” nos cuenta Reynaldo, quien a donde va sabe que no ha de ir solo, porque su compañera, esposa, también sabe de ayudar… “En la Escuela no sé porque pero siempre me tocó la parte de ropero escolar, ordenar, ayudar. Y Después que  Reynaldo hizo teología que fueron 4años con el Padre Salvador, yo estuve al lado de él siempre trabajando, ayudando. Tratamos de relacionarnos con la gente, llevar la buena nueva de Dios, practicando siempre con el ejemplo” nos narra Zulma, recordando los últimos años de su trabajo en la Escuela Nº 38 junto a un alumnado que marcó su vida, la ayudó, cuando más lo necesitó… “Los últimos años fueron muy lindos, a mí siempre me gustaron las clases grandes, 4º, 5º…;  a mí me ayudaron muchísimo los gurises porque cuando se fue Jesús a Italia, sufrí muchísimo, fue un golpe muy duro emocionalmente”. 

La vida de dos Maestros, resumida en dos palabras, FAMILIA y ESCUELA, vocación pura, dedicación, amor; historia de sacrificio como Rivoira, dejando lejanas tierras en Italia para establecerse en nuestro país y finalmente ciudad. Zulma y todo su amor a la docencia, aquella que no olvida y cada vez que tiene su oportunidad, cuenta como “si fuera ayer” aquel comienzo en 1961, como Maestra particular con 4 niños en una estancia, para más tarde tener la oportunidad un 11 de octubre hacer una suplencia en la Escuela Nº 118, donde 25 niños y un mono, esperaban a su Maestra que llegaba a caballo para educarlos, enseñarles y por supuesto, también jugar a la bolita. Así fueron ellos, llenos de historias y recuerdos que hoy cierran sus ojos y permanecen, como siguen intactas cada enseñanza sembrada en muchísimas vidas que hoy al cruzarlos por las calles, recuerdan a sus Maestros de Escuela, los Maestros Zulma y Rivoria.             

¿Zulma y Reynaldo? Si los conozco, son parte de MI GENTE en MI PUEBLO.                                                                                                                                                                                                    

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