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MIGUEL "EL CHIVO" GONZALEZ

MI GENTE en MI PUEBLO.

Existe en nuestra memoria muchos recuerdos de personajes en nuestra ciudad, nombres, que con solo traerlos al presente, nombrarlos  y pensar en ellos, ya  podemos volver a  verlos con esa inolvidable imagen que dejaron en el pueblo. Ejemplos como…aquel Heladero que con su carro azul recorría las calles de Tarariras para hoy todos saber bien de quien hablamos y como olvidar a “Don Julio”; o quizás aquel hombre acompañado de perros con su manisera en todo espectáculo que había…“Costabel”,  y así tantos recuerdos que nos permiten traer al presente muchos personajes con marcas propias.            Hoy, nuestro invitado también ha dejado su huella por las calles de nuestra ciudad, tanto en el pasado como también lo sigue haciendo en el presente. Allí a lo lejos se lo puede ver venir, con su caminata rápida y cortita a la vez, allá viene “El Chivo” con su trote… Hoy en nuestras páginas MIGUEL “EL CHIVO” GONZALEZ, el Atleta del pueblo. 

La historia de vida de Miguel, es sin dudas un ejemplo de superación y que con esfuerzo y persistencia, todo se puede alcanzar. Más aún, cuando de pequeño la enfermedad golpea fuerte, tanto que pone a prueba de inicio nomás, la lucha entre el vivir o morir. Así sucedió con nuestro amigo “El Chivo”, nacido el 8 de noviembre del año 1949 en Tarariras, hijo de Octavio Miguel González y Carmen González. Y que de pequeño tuvo que luchar con una Peritonitis, la cual pudo superar, pero también dejó sus secuelas…

 “Mi infancia no fue nada fácil, te diría que casi no tuve infancia. Solo pude estudiar hasta 5º año y abandonar. Cuando chico sufrí una Peritonitis que por suerte pude salir, pero me dejó muchas complicaciones, y una de ellas fue aprender, concentrarme. Me acuerdo del Maestro Jorge Perrou, muchas veces me llevaba a su casa, me enseñaba, pero no agarraba nada, encima me ponía nervioso y solo me quería ir. Me fue muy difícil aprender, por eso solo llegué a 5º año escolar y abandoné”. La Peritonitis, suele producirse cuando una infección bacteriana u otros problemas de salud hacen que se acumulen sangre, fluidos corporales o pus en el abdomen. Si no se trata la inflamación, que causa dolor abdominal y otros síntomas, puede llegar a provocar la muerte. Miguel, pudo seguir adelante, con secuelas, como las mencionadas anteriormente y también problemas de visión. De chico, no comenzaba a ser fácil la carrera de la vida para nuestro amigo “El Chivo”.  

SINO SE ESTUDIA, SE TRABAJABA. La Escuela Nº 38º quedaba a un lado ya a temprana a edad para Miguel, por lo que los galpones de Greising, donde trabaja su Padre Octavio Miguel, iba a ser el comienzo de su experiencia laboral, junto a las semillas y la carga de aquellos vagones que traía el Tren… “En aquella época pasaba el tren, entonces teníamos que cargar las bolsas, hombrearlas pasando por un andamio. Sino se estudiaba había que trabajar, yo venía de una familia de 12 hermanos, hoy somos 5 los que estamos vivos”. Miguel, como todo adolescente, joven que comenzaba a despertar su talento, sabía a donde quería llegar o al menos, que querer hacer. Por eso después de su jornada laboral, lo esperaba la Plaza de Deportes, en donde aprovechaba lo que quedaba del día, para tener su entrenamiento y con 15 años, comenzar sus primeras participaciones en competencias departamentales, representando justamente a la Plaza de Deportes de nuestra ciudad. Había trabajo y deporte. Esfuerzo y tiempo libre dedicado a su pasión, correr. Los departamentales en Carmelo, comenzaban a sacar a luz el talento de atleta del Tararirense que a donde iba, se quedaba poco a poco con las primeras posiciones, en toda salida y competencia juvenil “Nito” Pons, “el Profe” de Educación Física de aquellos tiempos, sabía que tenía en sus filas un atleta que prometía, pero que lamentablemente nadie apostaba a poder preparar con todas las herramientas necesarias que la capacidad merecía… “Nito siempre me dijo; si te hubiesen agarrado temprano, ayudado de la manera que talentos como el tuyo merecen ser ayudados, hubieras llegado lejos. Siempre me decía que estaba para un nivel mayor, pero en esa época y en Tarariras era difícil tener oportunidades de que te capten y lleven a la capital del país donde siempre podes superarte y mejorar a todo nivel”. 

Unas cuantas medallas y diplomas de 1º puesto a nivel departamental, fueron el pasaporte ideal a la edad de 20 años para llegar a la capital del País, invitado por su amigo Ulises Uzuca de la ciudad de Colonia. Así Miguel pudo unirse al Policial de Montevideo, en donde compitió junto a 7 atletas, ahora sí, a un nivel único y verdadero. “Esos si fueron los mejores años, porque pude hacer lo que me gustaba de la mejor forma física y preparación adecuada. Pude participar en diferentes Travesías en las costas uruguayas, subidas al Cerro, la Maratón de Merlo, también la de Tinelli, que es la de Bolívar. Participé en Argentina, Brasil y también Paraguay”.  

La ambición por ganar, ganar y ganar, equivocaron el camino del equipo que Miguel defendía,  y si bien a  nuestro amigo quizás le faltó  mucho por aprender en la Escuela debido a  su salud, los códigos verdaderos de la vida si los sabía, no los cambió  y por eso dió un paso al costado en la capital del país y decidió volver a su pueblo, a las calles de Tarariras, donde podía correr sin presión, disfrutando lo que hacía y siendo verdaderamente él, sin nada que agregar para sobresalir en las primeras posiciones.                                                                                                                                                

EL REGRESO A SU SEGUNDA CASA. LA PLAZA DE DEPORTES.   

En aquellos tiempos, una Plaza rodeada de transparente iba a ser sin dudas, una de las máximas citas de Miguel “EL CHIVO” González…“Como siempre se dice, hay que pagar derecho de piso. Estuve 5 años cuidando la plaza a voluntad, mientras entrenaba también estaba a disposición del cuidado de la plaza, que en aquellos tiempos la Comisión Nacional de Educación Física, siempre realizaba campeonatos de Boxeo, venia también la Banda Municipal y en  Octubre sabíamos que era un mes de fiesta, porque siempre se realizaban  “Las Maratones del 12 de Octubre” las cuales reunía atletas de todo el departamento en Tarariras. Fueron tiempos muy lindos, compartidos con el querido “Nito” Pons que viajaba siempre de Valdense, y quien me bautizó con mi apodo, él siempre decía…  “Miguel es como El Chivo, anda mejor en las piedras que en las pistas”; compartimos mucho con Nito, con él íbamos a la playa a buscar leña para las calderas de la Plaza, porque de alguna manera ahí era a donde todos iban a ducharse, Pompeya por ejemplo que tenía su cancha en Quinton practicaba en la plaza y usaba las instalaciones, en aquellos tiempos Otero era el Técnico que tenía Pompeya. También se jugaba Vóley, Básquetbol, me parece ver a “Chumbo” Olivera jugando. Fueron tiempos muy lindos”.  Un 15 de Octubre de 1980, la perseverancia y el esfuerzo de Miguel por cuidar  lo que se había convertido casi que en su “Segunda Casa”, donde entrenaba y vivía su pasión por correr, tenía el premio de la efectividad para cumplir así las funciones, que tiempo atrás hacia a puro pulmón pero ahora, ya sin pagar derecho de piso, iba a ser  su trabajo personal.                                                 

Y así, la historia cuenta y habla de días y tardes viendo a “Chivo” como principal responsable al frente del cuidado de la Plaza de Deportes, un merecido puesto que había llegado.    
La labor en la Plaza de Deportes era compartida por largos entrenamientos de 42 km que día a día realizaba  nuestro amigo “El Chivo”… “Todos los días me iba hasta Juan Lacaze, así podía contar 42 km ida y vuelta. Era el entrenamiento diario, muchas veces paraban los autos y me decían para llevarme, pero yo les contestaba que no, yo salía a entrenar no a que me levantaran en auto. Siempre me gustó salir solo, poder correr tranquilo, porque además uno sabe la marcha que puede llevar, uno ya se conoce. Hoy ha cambiado mucho, para bien, ahora está Tarariras También Corre, un equipo, y eso es muy bueno; antes andabas solo y si te pasaba algo nadie se enteraba”.  

Pasó el tiempo  y Miguel pudo jubilarse como funcionario de la Plaza… “fue una de mis grandes alegrías, poder aprovechar lo que me gustaba para ver  así abrirse  una puerta de trabajo. Pagué un precio, estuve 5 años, pero después llegó la oportunidad y fueron 39 años que me permitieron obtener mi jubilación”.  Atrás habían quedado días de sacrificio y lucha para presentarse en distintas competencias, incluso dormir “bajo las tribunas del Campus en Colonia” porque así es la pasión por hacer lo que uno ama, “El Chivo” así lo hizo, a base de sacrificio constante, trabajando para los pasajes y no había para mucho más, pero Miguel nunca se rindió, la luchó y a donde las carreras llamaban allí estaba Tarariras representando por “El Chivo”, que sin sponsor ni el respaldo que si tenía los keniatas y alemanes que se colocaban en primera fila de largada, igual así…”El Chivo” estaba para competir de igual a igual, claro que.. “cuando los keniatas agarraban en serio, se iban lejitos. Nito siempre me decía… “Chivito, vos míralos bien cuando estén cerca. Ellos eran atletas profesionales, vivian de eso y tenían  la responsabilidad de ganar, por suerte quedan esos recuerdos y la experiencia de compartir con grandes atletas”…nos cuenta Miguel.  

Hoy con 70 años, lejos de abandonar su pasión, Miguel “EL CHIVO” González continua firme y seguro de sus objetivos, poder convertirse en el mejor Uruguayo de su categoría, para eso sigue entrenando de cara a la próxima San Fernando y también para la competencia de San Antonio, competencias que suman para su objetivo, en el cual hoy  se ubica en 2º lugar a centésimas de segundos del 1º puesto ocupado por un capitalino de nuestro país.  Con ayuda del Municipio, Fagar e instituciones que siempre están colaborando con algún par de championes… “porque si hay algo que se gasta es eso”… Miguel sigue  con su ejemplo de perseverancia y constante sacrificio, disfrutando lo que le apasionó  desde pequeño y hoy sigue  al igual que por aquellos años 80´, recorriendo las calles de Tarariras, entrenando solo y a su marcha, sin vitaminas pero sí  bien alimentado, con la felicidad de hacer lo que ama, correr...!                                 

No se canse “Chivo” siga a la meta, llegando como a tantas, has sabido llegar.

¿”El Chivo” de Tarariras…? Si lo Conozco. Es para de MI GENTE en MI PUEBLO. 


                                                                                  

                                                                                                                                             


         

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